Muchas cosas tiene Catalunya, pero Esparraguera presume de un habitante inquieto. Albert Casals, no contento con aguantar más encerrado en su casa, decidió con 15 años meter una muda de ropa es su mochila, llevar un saco de dormir, montarlo en su silla de ruedas y lanzarse a comerse el mundo. Lo suficiente para ser y hacer lo que a él más lo hace feliz: viajar.
Con esa super dosis de motivación “viajística”, me encontré con los dos libros de Albert: el primero titulado El mundo sobre ruedas, y el segundo Sin fronteras. Varias son los must de leer estos libros, especialmente si te alegran las distancias de metro en hora punta, que valen la pena señalar:
Paradójicamente, las ganas de viajar están directamente en desproporción con la cantidad de billetes en tu bolsillo; o lo que es lo mismo, para viajar no necesitas una cuenta boyante en el banco. Si un niño en silla de ruedas es capaz de viajar millones de kilómetros con 20 euros en el bolsillo, es porque lo que lo impulsa y le abre puertas son las ganas de hacerlo. Creo que durante toda la lectura de ambos libros, te das cuenta que éste es uno de los objetivos que quiere transmitir, y si no te queda claro, te lo explica muy bien en su apéndice sobre el tratado del “felicismo”, como mejor lo podría hacer un estudiante de filosofía viajero.
Las experiencias son aventuras, tanto las buenas como las malas. Sí, aunque resulte una muy mala idea pasar la noche a la intemperie en un castillo de Escocia, para Albert lo que importa es que vivió una aventura y que muchos de nosotros no nos atrevemos a experimentar porque ya estamos cegados por el deber de tomar buenas decisiones en contra de las terribles y malas decisiones. Al fin y al cabo ¿para qué están las experiencias si no es para pasarselo bien?
Pero no sólo es la motivación y lo rompedor de esquemas lo que más me cautiva de este libro, la riqueza narrativa es una delicia. Albert describe con una imaginación de niño friki ( lo secunda él), hechos tan mundanos y situaciones que parecen surrealistas. Al final te hace sentir de la misma forma como pudo sentirse al estar sobre un camión de sandías esquivando cables en Lima, sentir las olas como arremeten contra tu barca en una tormenta tropical, o imaginarte como sería el cielo del desierto de Atacama con descripciones tan ricas en detalles que a mi me hacían sonreír sola en mi trayecto diario de metro.
Al día de hoy estoy cruzando los dedos por un tercer libro, que espero sea pronto, en el que narre todas sus aventuras, como las llama Albert, por todos los rincones de la geografía mundial.
Yo también a mi manera espero no olvidarme de nadie… ¡gracias Albert por esos libros mágicos!
Si te gustaron los libros, no te pierdas la película documental que se estrena el 15 de marzo 🙂
http://www.monpetitfilm.com
Y a día de hoy estoy esperando ir al cine… A ver si vamos pronto!
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