Cuando vives en una ciudad maravillosa como Barcelona, no te das cuenta de las cientos de opciones que te ofrece hasta que estas a punto de irte. Pero antes de hacerlo, escogimos la opción de ver los carnavales, que si bien no son monumentales como los de Río de Janeiro, concurridos como los de Venecia, o ruidosos y coloridos como los de Basilea, tienen su atractivo al buen estilo de ciudad condal. ¡Hoy toca Carnavales en Barcelona!
No vimos todas las actividades programadas por el ayuntamiento, sólo las que consideramos las más relevantes, para nosotros, claro. Entre ellas, las Ruas que se hacen en los barrios de la ciudad.
La Rua de Horta comenzaba caída la tarde el sábado, dando inicio – con bastante retraso, ¿técnico? – con una carroza de La Sirenita. No sé si estábamos muy cerca de las carrozas, pero me parecían bastante grotescos los trajes de los personajes, y estuve a punto de tirarle con saña los caramelos de vuelta, sobre todo al tritón…
Más interesante fue ver un X-wing con todo el repertorio, muy artesanal, de Star Wars. Una gran nave de cartón con muchos remaches-grapas suspendido sobre ruedas y amenazando con caer o destruirse en cualquier momento entre tanta gente, seguido por muchos caballeros Jedis de todas las edades y princesas Leias de todos los volúmenes con una coreografía que alternaba el Gangnam style con la marcha imperial.
Otros temas iban de quejas políticas, muy a la moda últimamente en la actualidad española. La carroza estilo Big Bang Theories haciendo alusión a la precariedad de la inversión en ciencia que se ve en estos días hacía gala de la situación al comenzar sin funcionar…
Más curioso era el ejército de las más de 100 Lady Gagas catalanas que se alternaban en bailar alguna canción de la “próxima” reina del pop con el coreano del Gangnam style mientras su lídereza – más parecida a David Bowie – guiaba la coreografía.
El factor común entre todas, la cancion del coreano, nos hizo llegar a casa tarareandola hasta aborrecerla una vez más, ¿es que no hay otras canciones pegadizas?
Trás un sábado colmado de caramelos recogidos de La Sirenita y que de hecho nunca comeremos, bajamos al centro hasta la celebración de la Rua principal que va desde el Mercado de Santa Caterina hasta el Paseo Picasso. Esperamos al Rey Carnaval para que nos diera un discurso en catalán, el cual Oscar ni se inmutó en entender.
Pero lo más divertido fue esperar a que se diera el inicio de la Taronjada, una batalla campal de confetis y globos aparentemente documentada desde el siglo XIV. Aproveché en descargar con todo mundo tirando confetti a diestra y siniestra al tiempo que trataba de no pisar los dedos de niños que recogían el confeti del suelo.
Luego de haber pisado a Oscar unas cuantas veces tratando de hacer un pasodoble en el posterior baile de máscaras y de retorcerme una vez más de escuchar la “Barcelona style” a lo muy cutre imitación del coreano, llegamos a casa con la conclusión de que Barcelona tiene unos carnavales curiosos que vale la pena ver en algún momento de la vida, pero solo uno.
Tal vez teniendo hijos sea un poco más divertido, al menos lo parecían los talleres para niños sobre el entierro de la sardina para clausurar la época de excesos antes de dar paso a la cuaresma.
¡Felíz Cuaresma!
This entry was posted in Relatos
Heeeeeeeeeeeey sexy lady…
De verdad que llega a ser perforante la canción o.0
Pingback: La Aventura que fue el año : 360 Leguas